Don Melchor 2019: un vino refinado y de gran estructura

Don Melchor 2019: un vino refinado y de gran estructura

Esta nueva cosecha está compuesta de 92% de Cabernet Sauvignon, 5% Cabernet Franc, 2% de Merlot y 1% de Petit Verdot.

Don Melchor, el primer vino ícono de la industria chilena y un verdadero referente entre los vinos de alta gama en el mundo, lanza su cosecha 2019, la que es un fiel reflejo de su origen, Puente Alto, y del riguroso trabajo que hay detrás, el que radica en la obsesión del equipo enológico y agrícola, encabezado por el director técnico Enrique Tirado, por comprender cada detalle de su terroir.

El viñedo Don Melchor está ubicado en un lugar reconocido a nivel mundial por sus condiciones únicas, pues se encuentra en el valle de Alto Maipo, a los pies de la cordillera de los Andes, a 650 msnm, y en la ribera norte del río Maipo. Está conformado por 127 hectáreas, las que en su gran mayoría corresponden a Cabernet Sauvignon (90%); mientras que el resto están divididas en Cabernet Franc (7,1%), Merlot (1,9%), y Petit Verdot (1%). En la actualidad, el viñedo antiguo alcanza un promedio de más de 30 años de antigüedad.

La cosecha 2019 está compuesta de 92% de Cabernet Sauvignon, 5% Cabernet Franc, 2% de Merlot y 1% de Petit Verdot, y pasó 15 meses en barrica de roble francés, 72% nuevas y 28% de segundo uso. Todo esto dio vida a una mezcla muy refinada, con una tremenda complejidad aromática y una gran expresión de fruta, además de taninos ultrafinos, gran cuerpo y estructura.

“Esta cosecha está muy en línea con la 2018, en ambas predomina el equilibrio entre fineza y energía en la expresión de los vinos”, explicó Tirado.

La temporada se caracterizó por ser ligeramente cálida y seca, con un promedio de temperaturas de 18,2°C entre enero y abril, lo que estuvo cercano a los 18,0°C de un año normal. Desde la primavera hasta la primera mitad del verano fue cálida, condición idónea para el desarrollo de los sabores y colores en las bayas. Los últimos dos meses, marzo y abril, fueron más fríos de lo común, situación ideal para conservar toda la expresión y madurez perfecta de los racimos. Una vez iniciada la vendimia, las temperaturas continuaron frescas, lo que permitió obtener uvas con una excelente expresión de fruta y madurez.

Las precipitaciones estuvieron bajo el promedio histórico, sumando un total en toda la temporada de 161 mm, y se concentraron, principalmente, durante los meses de invierno, es decir, junio y julio.

Esta nueva cosecha es otra evidencia de que Enrique Tirado ha sabido encontrar el equilibrio entre las distintas expresiones de este extraordinario terroir, interpretando la esencia del viñedo y plasmando con maestría la riqueza de Puente Alto.